Con una luz cansina,
aletargada, adormecida,
va despertando mi mañana
y la recibo de a poquito
para que no me abrume
y poder luego apreciarla
muchísimo más viva.
Detrás del ventanuco
el aire serrano, henchido
con esencia de pinos,
golpeándome la cara
se lleva en su frescura
mi última modorra.
Y la ilusión que surge
de las cosas simples
que rodean este mundo mío,
me hará amar...
la sucesión de bellos días
que presagia esta mañana.
De mi libro “De sentires y sentires”. 2008 ISBN 978-987-556-229-5