Naciste flor silvestre del cemento
liado al duro cordel del entramado,
de formas geométricas remiso,
para ti todo fue tenso maltrato
en ásperas salinas del deseo.
El coraje simiente de tu credo
cuyas raíces forjan recio estaño
por la masa brava de la memoria
te remite a batallas del esclavo
que recrea con álgido goteo.
¿Quién frenará el ritual de este deshielo?,
¿el bravío arrebato de la vida
o será nimio empeño el recorrido,
solo, sobrerrelieve, en carne viva,
del mayor indicio de regodeo?
¿O forjarán la grieta en su lamento
las flores sobre piel vacía, yerta,
y lo transido, fáctico, inquietante,
florecerá en las formas más perfectas
-con mutantes figuras que entreveo-?
Las propias de la red de nuestro anhelo
crecen en los terrenos más hostiles,
ocultas en tus ojos crudos, nítidos,
en la fuerza y valor de quien resiste.
Es flor de libertad, lira de Orfeo.