Noche oscura de estrellas derramándose
Sobre el ocaso, mientras que se asoma entre el alba oscura y translúcida.
Pues, es el deseo que se vuelve eterno.
El deseo que tras convertirse en oro líquido,
Un jadeante respirar anhelo escuchar.
Somos dos sombras embestidas por una confusa y violenta marejada.
Es pues, que quiero rozar y deslizar mis llenas por todos los contornos de tu piel,
Es pues, que quiero deslizar los perfiles de tus entrañas y descubrir aquella figura pasiva y espectante a un juego de esperpentos.
Es pues, dulce y delicada flor, que deseo delizar la desnudez de tus alas, la desnudez de tu brisa que me acaricia día a día y que mi sonrisa se convierta en cicatrices estrechas de bellos recuerdos contigo.