Carlos Justino Caballero

EL ROBLE

Un roble, de los árboles plantados,

ocupa consentido mis retinas.

 

Se yergue estirando sus ramas, sin complejos,

con el desparpajo de saberse amado.

Sus hojas rojizas, en tenue parpadeo,

juegan con las luces y sombras del otoño

con el viento cómplice que sopla y el sol,

de rojo intenso, que se arroja tras el cerro.

 

Sus sombras cobijaron mis horas compartidas

y mis horas solitarias, también sombras.

Y la firmeza de su noble madera me proyecta

a la misma vida que en él... velé por años.

 

 

De mi libro “De sentires y sentires”. 2008 ISBN 978-987-556-229-5