Joseponce1978

Tu novena vela

Anoche convinimos que esta mañana te despertaría cantándote el cumpleaños feliz, y si te demorabas en levantarte, como suele ser habitual, serías atacada por un batallón de cosquillas.  \"Porque eres un bicho excelente... y siempre lo serás.\"

- Papá, déjame dormir un ratico más.- Me suplicabas cubriéndote con los brazos la barriga, consciente de lo que se te venía encima.

- Lo siento mucho, mi vida, pero un trato es un trato.- Por mucho que te cubras, siempre encuentro en ti un punto débil.

- ¡Jaaaaaa! Vale, Papá, ya me levanto y me visto... ¡Jaaaa! Para ya, que te lo digo en serio.

De un salto te has puesto en pie y has empezado a ponerte el uniforme del colegio. Como estos días duermes con los leotardos puestos y un par de camisetas de interior debajo del pijama, era solo quitarte el pijama y ponerte la falda, el polo, los zapatos y la chaqueta, y encima otra chaqueta. Por último, la prenda indispensable, y no sé como se llama exactamente. Yo la llamo braga, aunque también la he oído nombrar tapabocas: es como una manga de lana que se mete por la cabeza y protege el cuello. Cuando vamos por la calle camino del colegio siempre te digo que te la subas y te cubras con ella la boca y la nariz para que el gélido viento no te entre directamente a la faringe. Se están dando muchos casos de faringitis este invierno. Sobre todo en niños. Nos hemos pasado 2 inviernos llevando mascarilla por la pandemia, y quieras que no, en este aspecto nos protegía bastante, y al quitárnosla de golpe, la garganta se resiente al volver a inhalar el viento helado sin ningún tipo de filtro.

Una vez vestida, te he preparado un vaso de leche con miel de eucalipto y cereales multivitamínicos que han afilado tu vivacidad al momento de tomártelos, poniéndote de inmediato a cantar, a bailar y a gastarme bromas a diestro y siniestro. El despertar de tu novena vela ha sido inmejorable. En seguidas voy a recogerte del colegio, y esta tarde viene lo mejor. Lo pasaremos juntos, nos comeremos una tarta, iremos a darnos una vuelta, y cuando te proponga comprarte alguna cosilla tal vez me digas que eso no porque cuesta mucho dinero. Mucho es lo que tú vales y esta vez te lo compraré porque te lo mereces con creces, porque es imposible no quererte, vida mía.