La ausencia melódica de tus besos
Acorde a tu fragancia rítmica angelical
Perturba la ensoñación de mi inocente alegría
La esperanza viva que se escurre entre los versos
La armonía del deseo
Los solos hondos de guitarra
Y las caricias tiernas del divino arpegio.
He perdido momentánea e indefinidamente el sentido del cantor
Hiere y me produce una triste y melancólica fonía en el alma
Reside la mágica orquesta sideral entre mi ardiente hígado achicharrado
En el etanol que fluye por las venas tercas de mi lucífera sangre
Y en mis febriles pulmones de cristal; la orquesta se encuentra audicionando.
Me he quedado absorto con un puñado de amores y recuerdos fugaces... Sí
A cambio de quedarme sordo en mis lluviosas noches de sierras y de eterna soledad.