Mientras no te conozca, seré un desconocido,
para tus manos níveas y sus caricias limpias,
para tus pasos breves ausentes de sonido,
para tus ojos llenos de ilusiones tranquilas
que harán brotar en mí, lagrimas infinitas.
Mientras no te conozca, diré que no he vivido,
que no he dejado huellas, que deban ser descritas
y que a todos los mares que, en mi deseo, han sido,
les hace falta el líquido, que abruma tu pupila.
Mientras no te conozca, no me ha doler decirlo.
Sin embargo ese día, se que viene contigo,
que los dos han viajado sin tregua, sin descanso, sin ruido,
ampliando su bagaje de motivos, para que yo te escriba
un libro de poesía romántica, con cubierta de lirios,
donde tú y yo... nosotros... estaremos diluidos.
Mientras no te conozca, estas pequeñas cosas,
estos dulces alardes de fantasías locas,
las ganas de decirle, a todos, que estás aquí
para que te conozcan, bien pueden esperar
esta vida y la otra. Mientras no te conozca.
Ya que tú representas la brevedad interna,
la fragua incandescente de mis filosos versos,
el aire que respiran todos mis pensamientos,
mis besos más tranquilos, mis sueños más intensos
y este amor que he guardado para dártelo siempre.