Hice mío el dolor ajeno
Mirando a mi alrededor
Uno en especial me conmovió.
Un cuerpecito sin movilidad propia
Cabecita sin poderse sostener
Mirada perdida ignorando su padecer
Hice mío el dolor ajeno mi corazón se aceleró
El alma me tocó, fue un momento de ruegos, esperanza, fe…
a la ciencia y a Dios.