Hay días tristes
por culpa de la lluvia
y del invierno.
Pero no siempre
la lluvia y el invierno
tienen tristeza.
Es algo oscuro
que el hombre y la persona
lleva en el alma.
Quizás despierta
la niebla y la borrasca
en estos días.
Se encoge el ánimo.
el pecho se estremece
junto a los labios.
Y hay un suspiro,
un grito desgarrado
de las entrañas.
\"Me falta algo\",
te dices en silencio
mientras despiertas.
Luego caminas,
con pasos vacilantes,
entre la bruma.
Y es el invierno,
eterno compañero
en quien descargas.
Pero tú sabes
que el fondo del problema
está en tu alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/02/23