He querido saber hacia dónde me lleva mi sino;
pero mejor barbecho los mejores sentimientos,
superando los claro oscuros embates del día a día
que muchas veces han querido destruir mi esencia,
y sin embargo… sigo en pie, como una frágil espiga.
He buscado lograr proezas y hazañas que me aíren,
pero solo enfrento cruentas batallas que me raspan;
he sido tan determinista y tan nihilista, que mi credo
a veces se diluye ante mi pobre y propia humanidad;
cuántas almas han herido mi alma por mezquindad…
Sólo Dios es el que sabe, los misterios de mi vida…
es Él quien de la nada… me bendice a manos llenas;
muchas veces inexplicablemente, surgen sus milagros;
por eso, aunque a veces temo, Él me mantiene confiada;
y aunque la envidia es manifiesta, Dios todo lo arregla.