El eco de tu voz canta en mi oído,
tu palabra y el fuego de tu aliento,
me quema el corazón; y te presiento
en cada pulsación de mis sentidos.
Descubro mi latido en tu latido,
tu perfume me aroma el pensamiento,
y en tu mirada estalla el firmamento,
envolviendome el alma en su estallido.
Ya no se respirar sin la fragancia,
de tu piel en el aire que respiro;
se nubla mi visión si no te miro
y no existen abismos ni distancia,
si se abre el paraíso cuando escancia,
mi labio el elixir de tu suspiro.