Este amor que se consume conforme transcurre el día
los atardeceres van llenándolo de soledad.
Pesa más la monotonía que la melancolía
Pesan más los malos recuerdos y las horas de angustias.
Este es un amor, sin solución ni remedio
que se consume al calor de los cuerpos
a la entrega de tu sexo.
Las palabras ya no son más que, simples gotitas de lluvia evaporándose
vertiéndose sobre nuestras espaldas cargadas de ilusiones
no hay palabras, ni mensajes que vengan con alegría
ni reconciliación…
Ganó la rutina, dio paso a un interminable sufrimiento
para encontrar la respuesta a un amor que muere
que se asfixia.
Y que vaga en algún rincón de nuestros cuerpos.
Naufraga, y hace naufragar esta distancia
y, ésta tan trillada ocasión de encontrarte
aún cerca, a mis labios.
DEL LIBRO: HASTA QUE EL SOL SE APAGUE
POEMAS III
Luis Rosete Sosa