Por alma, un colibrí
(En el quirófano)
Inconsciente yo,
él,
salomónico cirujano impetuoso,
incrusta con encono
su juicio en mis entrañas.
Sorprendido en su letargia
huye
mi despavorido
compañero.
Escudriñando el quirófano,
se apresura
en
hacer inventario.
Los difuminados contornos de sus alas
esquivan
verdeazulados plasmas
y
ardientes focos
en
busca de un pasajero Hábitat.
Mientras que
misteriosa oscuridad me impide seguir su vuelo,
el suspense se hace dueño de mí
y
de la escena,
……
ahora sé
que él y yo
“tenemos que hablar de muchas cosas”*
* Miguel Hernández