Entre Savias y enredados Muros...
Entre reseca Hiedra,
Hoy canto a tus Ojos y Manos
que no he olvidado...
Cálidas, gélidas, pálidas, nocturnas...
Serán el Inolvidable y blanco símbolo
Que hiere,
La Carne de un Amor jamás olvidado...
En la áspera Soledad...
En la abstraída Indiferencia,
De un Orbe que gira constante y desmayado,
Vencerá el perdido Amor el polvo disperso
Y la agitada roca,
En el tiempo Inmortal
Que vulnera
La tersura triste de las Piedras blancas...
En la Primera Noche de los Tiempos,
Unge el Latido que no olvida
La postrera Luz entre Raíces enlazadas
(que recuerdan el Añejo y perdido Sabor
De sentirse Amada)...
(Patricia)