Miguel Ángel Miguélez

En otra vida

 

 

En otra vida quisiera

mirar a los fríos ojos

de la muerte y su ceguera

curar sobre mis despojos.

 

En otra vida tal vez

sería aquel domador

de serpientes a las diez

y, a medianoche, de amor.

 

Ya sé que me faltan horas,

pero no hay tiempo bastante

para masticar auroras

en esta ciudad flotante.

 

En otra vida tal vez,

en esta ni por asomo,

pues la boca de este pez

traga vocales de plomo

 

y, si puede, las escupe

como balas a tu pecho

para que veas que supe

amar con todo derecho.

 

En otra vida futura

puede que tú no me quieras

entonces, en mi locura,

amansaré las panteras

 

que me muerden al costado

con el látigo dispuesto

en otra noche de sado.

Ya sé que soy polo opuesto,

 

ya sé qué soy, y eso basta,

pero no hay tiempo bastante

para ser iconoclasta

en esta ciudad flotante.