De una sola mirada
me he metido a tu cama
y pides sin razón
que me quede.
Apagar tu fuego no es sencillo
lleva fatiga y olvido
tu bien lo sabes
y yo me resigno
al caer conscientemente
a tu cuerpo de hembra divina
reluciente por la noche
misteriosa en el arte de olvidarme.