Hay tardes que se esconden tras serenos ambarinos
como imitando el albor de tempranas madrugadas,
quieto el aire, es envuelto en calma de sueños
y en deleites de sonidos y aromas campesinos.
Y en el cielo finas nubes, que parecieran peinadas,
coronan con simple lujo lo sencillo y lo risueño..
Hay tardes que se sienten como un amor cristalino
como un brillo que deja al alma con el cielo vinculada,
en explosivos encantos de esos sentires tan hondos
que anticipan ya sin dudas el placer de lo divino.
Y si un día me acompañas sentirás las campanadas,
que sin campanas se escuchan en esos mis cerros mondos.
De mi libro “De letras nacidas entre poetas”. 2013 ISBN 978-987-1977-03-1