Me dijiste que me podía ir con
quién yo quería, porque no te
hacía falta yo, apenado tomé
mi cuatros trapos me fuí de
tú casa, hasta brabiaba por
lo tuyo y pensaba que sin ti
no podía salir adelante, que
grandiosos fue mi Dios que
apoco días encontré trabajo,
y de vos también me fuí olvidando
hoy tengo una casita humilde,
y soy feliz, agradezco tú echar
de tú mancion, porque gracias
a ti tengo donde pueda tener que
un descanso. y hasta la fecha
No veo quien comparta contigo,
y creo que para ser feliz no
es necesario tener autos
de lujos, ni mansión, solo
hace falta ser humilde sin
descriminar a nadie.