y siempre me encuentras,
talvez, me gusta que me encuentres;
cuando no me buscas
yo te busco,
me escondo y te escondes
mas te encuentro y me encuentras,
me exhibo y te exhibes
y al final del día
te vas con otro,
te burlas de mí,
de mi soledad,
de mi tristeza;
entonces, busco refugio
y alguna inocente alma
sana mis penas,
después, comienza de nuevo el juego
y termina de la misma manera.
Somos adictos al dolor
yo te daño y me dañas
y lloras y lloro
y los dos ¡gritamos! al mismo tiempo,
nos escuchan y nos socorren;
cuando te siento segura con otro,
me arde el alma
y huyo
yo quiero que tu seas mi salvadora.
¿Que es lo que pasa con nosotros dos?
yo quiero decirte que te quiero;
escuchar tu hermosa voz
que me arrulla y me cura.
A veces, tratamos de perdonarnos;
es cuando nace el maldito orgullo,
pero, este odio que tengo
es por el amor
que aún te conservo
y no te puedo olvidar.
¿Donde estas?
Ángel mío.