ARTIN ZÁLEZ

Clemencia en rojo y negro

Un gran edificio abandonado a su suerte
se derruye en el tiempo.
El rojo esmeril que acabó su calle no tuvo piedad.
Una máquina negra como su estampa,
vieja y cansada,
huye de un Monte que una vez fue todo orégano
y ahora es solo un recuerdo, a cada paso,
de lo que nunca debió ser.