Un ir y venir…
por otro episodio irreal,
de una aparente crónica artificial…
chispeada de sueños abstractos…
y de inciertos mitos,
moteados de un pálido azur,
bloqueados por una bruma apagada…
en un contexto de suspenso y ficción.
Un ir y venir … por los senderos de la memoria.
Andar por los recovecos del corazón…
rebuscando algún primitivo motivo…
que me devuelva la inspiración…
y encienda la razón…
para evitar desfallecer,
para evadir esa nostalgia tenaz…
que se adueñó de la ilusión.
Un ir y venir… por los atajos de la sensatez,
adoptando el buen juicio,
rebuscando alguna salida…a este laberinto intricado…
que nos ha truncado los pensamientos…
y que ha atado los sentimientos…a ese pasado cohibido,
asediado de sufrimiento,
y que se ha extenuado por ese extraño tormento…
que se apoderó de mi impulsivo sentir…
y de mis ganas de seguir.
Transitar la vieja leyenda que nos hizo coincidir…
en aquel insólito lugar,
en ese rincón sideral…
de exacta casualidad …
y estricta puntualidad,
donde se construye la magia…sin indicios de ansiedad.
Correr en la orilla del mar…
y sumergirme en aquella resaca…
abrazada por ese horizonte infernal…de tu sol canicular.
Volar en la inmensidad…y viajar a la aurora boreal,
y asaltar los colores de aquel fenómeno astral.
Subir las cumbres más altas …y contemplar la inmensa pradera…
que se tiñe de un misceláneo verdor…en su esmalte al natural.
Un ir y venir…ineludible,
impostergable evento,
una suerte de encantamiento…de irresistible embrujo,
con el ímpetu desbordante…de incontenible frenesí,
una historia diferente…de pasión sublime…
de afecto sincero…que emergió espontaneo…
que se entregó entero…
hasta cambiarse a perpetuo…
con la credibilidad y la ingenuidad… del amor de verdad.