Nos han crecido alas
en la zona de la boca.
Somos desparpajo
de verbos acostumbrados.
Oriundos del recelo
pagamos un alto precio.
Por mantenernos en forma
salimos unos completos gilipollas.
Rebelándonos contra todo
el silencio acoge ahora nuestros restos.
En la ceniza de los vientos
tiene lugar nuestro entierro,
somos sepultureros del mar
en cielo abierto.
Echamos raíces en un macetero,
viajamos, si lo hacemos, en tiestos.
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