Recordando los días que bordamos de júbilo,
se me viene la idea que quizá nos amamos;
y pensando en tu boca el recuerdo disfruto
al sentir en la mía su sabor a durazno.
Escuchando canciones que parecen preludios
de las noches perfectas que pasión inventamos;
me imagino si acaso sentirás el arrullo
de mis besos ardientes y tu anhelo profano.
Tu serena mirada,sin querer la dibujo
en los pliegues del alma con espléndido rayo;
que a mi verso silente le sirvió de refugio.
Pero igual que las horas que se pasan volando,
mis recuerdos se nublan,y mirándolos mustios
me confirman que todo lo cobija el pasado.
Autor: Aníbal Rodríguez.