Sé que me llamas viejuno,
fósil, viejo, carcamal
porque tengo mil arrugas
y a veces me cuesta andar,
porque aunque acecha el Alzheimer
aun consigo recordar,
porque aún canto en voz alta
porque aún intento bailar
tangos, boleros, baladas,
rock, folk, soul y mucho más.
Cuando yo era de tu quinta,
cuando tenía tu edad
estudiaba y trabajaba,
soñaba un mundo mejor
luché contra la injusticia,
contra el fascio y el terror
y nunca le di la espalda
al amigo ni al amor.
Ahora ya soy bisabuelo,
Tengo nietos al cuadrado
Y sigo siendo poeta
aunque me pesen los años,
duermo abrazado a mi esposa,
sueño, vivo, juego y amo,
lucho contra la fatiga
el dolor y el desencanto
pero daría la vida,
lo que me resta vivir
por verte feliz y sano,
por un futuro mejor
para ti y tu descendencia
en un mundo sin rencor,
sin guerras y sin hambrunas,
sin odios, sin opresión,
y si llegas a “retablo”
que expreses felicidad
en el mural de tu vida.
¡Dame un abrazo, chaval!