Pequeña flor
que surges en el alma
no te marchites.
Quiero regarte
con lluvia de los cielos
y con mis lágrimas.
Iré a la fuente
que nace en la colina,
junto a la encina.
Con tu presencia
me sentiré más fuerte
para vivir.
Vendrás conmigo,
irás en los latidos
y pensamientos.
Yo sentiré
tus pétalos sedosos
sobre mi frente.
Y besaré
los labios invisibles
que tú me ofreces.
Serás la luz
y el norte de mi vida
con tu ternura.
\"...Pequeña flor
nacida de mis sueños,
no me abandones...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/23