José Luis Barrientos León

Viento del atardecer

 

Efímero,

agitando el mágico abanico de tu pelo

el viento suave del crepúsculo

provoca la agitación de mi alma

entre tonos grisáceos y silenciosos

que enmudecen el entorno

con su fresco aire de esperanza

 

Viento de sutiles alas, misterioso,

palideciendo los nocturnos astros

cruzando sin decir nada

en medio de la fosca densa

llenándome de caricias con sus ráfagas

 

Fugas, misterioso, cual elegía al atardecer

naces en la póstuma tarde

tras los óleos de sus reliquias

para beber las lágrimas de la soledad

cuando el sol soberbio demuda sus rojas flamas

 

Anónimo peregrino,

asomando de la verde montaña

renunciando a una presencia beata

desnudas tus brisas para halagar los cuerpos

con la picardía erótica de tus leves alas

 

Viento suave del atardecer, libérame

quiero ser águila errante

sacudido por tus ímpetus fecundos

y reposar en las altas cumbres

o transitar infinitos caminos

bajo la excelsa suavidad de tus alas