No es tu color, es tu presencia,
no es tu voz, es tu conciencia,
no es tu alma, es la deferencia,
no somos uno, somos esencia.
Hoy seré breve, conciso y preciso,
hoy no te extrañaré ni más nunca,
hoy la muerte baila conmigo un tango,
hoy ningún plan se me trunca.
Como el amor de un solo día,
como la flecha de Eros,
como una mirada tuya y mía,
juntando nuestros labios extranjeros.
Y que la razón se vuelva verdad,
Sócrates y su estúpida sabiduría plena,
y que mala costumbre la mía,
de morir por una morena.
Al amor, un día como hoy.