La noche tiembla bajo el paisaje
sus afilados dientes blancos tan blancos
como sienes putrefactas, enredados los hombros,
sienten sus enésimas repeticiones.
Los besos atrás quedaron los abrazos reiterados
las copas manchan su victoria aplazada
y en las cuevas el aire se intoxica de amoniaco
atrás quedaron los recuerdos la amnesia del deterioro.
Sus fórmulas envilecidas guardando rebaños
tras la alquimia de los versos el beso reinventado.
Sus huellas llenas de noche de luz de luna
inventariando un suceso de plástico en los ficheros
se ha tropezado con su destino frágil.
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