Con los ojos enjuagados en resaca,
bajamar de la hoguera donde ardimos
- Inocentes e inconscientes -
Pavesas que amedrentan las estrellas
en las noches de desierto.
Los sueños, tuyos, míos,
aleados en una salva de victoria.
Matar al mundo que nos sobra.
Abrazar a las cenizas empapadas en semen y flujo, sudor y lágrimas.
Nutriendo nuestro huerto de consuelo, donde arraiguen los poemas que usaremos
- alimento, cama y nicho -
Mientras dure la batalla
de titanes.