Agarrados de la mano caminan
dos estrellas que brillan allá en la lejanía.
Se susurran al oído
palabras que son recuerdos de algo vivido,
en aquellos nostálgicos y mágicos días.
Se aman
que no se amaban.
Se abrazan
que no se abrazaban.
Historias vividas
destinadas a ser escritas,
como esa estrella que brilla
remota entre el polvo de la incertidumbre
observada por la muchedumbre
a pesar de encontrarse infinita
allá donde nuestros ojos no llegan
en medio de la guerra de los cometas,
así de grande es este amor,
capaz de competir con el más grande planeta.
Agarrados de la mano caminan
dos amantes cuyo amor no extinto
escribe su lugar allá en el infinito
de una pequeña historia sobre un gran romance
cuyo recuerdo jamás caerá en el olvido.
Agarrados de la mano
os imagino, que no veo,
vuestras almas intocables,
vuestros corazones sin latidos
habitantes ahora en mis más ambiciosos deseos.
No puedo soñar
el tacto de vuestra piel,
no existe ciencia en nuestra existencia
que os pueda traer de vuelta otra vez,
pero si poesía
que pueda mostrar la belleza de aquellos días
en los que agarrados de la mano
dibujabais la despedida
de un amor que da pasión
a mi vida.
Recordados por siempre
como esa estrella que brilla en el cielo eternamente...
Os querré por siempre.