Allá lejos donde todo encanta, despacio como la madrugada,
se hace feliz un gorrión,
entonando un trino que aclara la mañana
y te despierta con ilusión.
Seré fiel al río que brota de tus entrañas,
Que trae agua pura y piedras infinitas.
Suavemente subiré tus faldas,
Iré haciendo veredas hacia tu cima,
Sin querer dejar huellas,
Y disfrutando tu esencia y
tus árboles frutales, y otros de excelente madera,
De dónde se hacen guitarra y bajos,
Donde brota el oxígeno más puro.
Allí donde se oye una voz, atrapada por los sauces,
Que habla de las sombras, y de los rayos
que se escurren por las ramas,
haciendo feliz el día a día.
Siento el olor a rocío,
Disfrutando del paisaje, regresando
De aquel viaje, al cual no lleve maletas.