Rafael Parra Barrios

Llanto ferviente

 

Hoy la tierra ríe, 
porque en sus entrañas, 
recibe la siembra 
del amor, 
la esperanza 
de cosechar 
el fruto del hombre, 
hecho honor.
El cielo,
su visión sagrada, 
contempla la vida 
y la consagra, 
mientras que 
el sol 
brilla para todos, 
iluminando días, 
que como tesoros,
colman de alegría 
y cantos sonoros, 
la existencia.
Luego aparece la luna, 
dama dulce,  
nocturnal y serena, 
rodeada de estrellas,          insignes quimeras,                prolijas vehemencias, 
que nacen, 
como hijos de Dios 
con llanto ferviente 
de idílicos, tiernos                            y eternos momentos.