En el balcón de mi amor
la cosa quedó completa:
Yo le mostraba una flor,
ella tiró una maceta.
Ya producía saliva,
ya me sentía valiente
y por mirar hacia arriba
me destrozó cuatro dientes.
Un dentista incompetente
me comentó lo siguiente:
-Lamente el golpe existente,
lamente lo de los dientes.
Y no es eso solamente:
Lamente, también lamente
que se le ha roto la mente.
-¿La mente? ¿También la mente?
-Si “gran poeta eminente\":
Te da versos insolentes
que no riman mas que en “ente”.
-La mentira no es prudente,
los que luchan son valientes,
los que lamen son lamentes.
Así, lamentablemente.
.Comprobando lo evidente
procedo rápidamente
a la extracción pertinente
y receta consiguiente:
La menta es de uso corriente.
La mete en un recipiente
con algo de agua caliente.
Tras un rato suficiente
la toma tranquilamente
sin acelerar la mente.
Aquí tiene un recipiente
y aquí mi cuenta corriente.”
Kapirutxo