Sobre tu piel canela
en la noche eterna
el oscuro espejo
pincela tu éxtasis
entre ahogos sacros,
tenebrosos y bellos
ignorando el tiempo,
Allí
donde las miradas se encuentran
embriagadas de ansias mutuas
llega pulcra la libertad del alma
y tú, sumisa y tímida,
eriges toda tu hermosura,
con eróticos destellos de luz,
para escribir versos ardientes
en tu cuerpo y en mi mente
Y un pulcro y dilatado
sol de primavera,
eclipsado beso a beso,
por una luna blanca,
que otea tus deseos
y al calor de la noche clamas
unirla con la mía
en un solo matiz de amor,
entre unos labios sin palabras
llenos de besos y lágrimas,
que despierta en la noche,
un brillante candil arrebatado
por la brisa brusca
en medio de la tempestad
húmeda al desvelo.