Se olvidaron de ti los gatos
y los hermanos de tu casa,
no te recuerda ni la mañana,
porque te has olvidado cuando pasa.
De tu nombre no se acuerda tu puerta,
ni las empinadas escaleras,
todos se olvidaron de ti,
porque estabas muerta.
Nadie te mira ya a los ojos,
porque estás bajo la losa
a dos metros de tierra,
donde no viven ni los piojos.
Pasó ya un verano y dos primaveras,
ya nadie te nombra,
ni se asoman a las ventanas
las cotillas, que antes se arrimaban a tu vera.
Ya nadie te canta en la noche
para que pronto te duermas,
porque estás dormida para siempre,
¿No comprendes que estás muerta?
Tu boca ya no da gusto,
tu cuerpo ya no baila,
aunque te parezca injusto,
tu tiempo feneció junto a tu alma.
Pomen & Rhápsody ©2023
La fina piel de la cáscara
Alfonso J Paredes