Madre,
en la noche
y en el amanecer;
en la mañana
y en el atardecer,
eres cantata
y florecer.
Eres la oración,
mi menester
mi corazón,
que late por tu ser.
De noche
y de día,
madre mía,
eres serenata,
dulce compañía
y armónica sonata.