(A los que dejan el trigo y se comen la cizaña)
Me importa un coño la Ñ
sobre todo del rebaño
que sin mirar el tamaño
espera que alguien lo preñe.
Por más que el sabio se empeñe
en enseñar la patraña,
la ponzoña y la guadaña
que le ofrecen con un seño
el rebaño sigue en sueño
ignorando a la piraña.