Kinmaya

Eterno Amor

Te vi llegar aquella tarde esplenderosa,
con tu cintura de agraciado andar,
y tu cabello al cielo azul como aves, 
con la gracia de tu luz en la sonrisa.

Fuimos iluminados por aquel instante,
en un ayer inevitable fuera del tiempo,
todavía te veo llegar desde la nada,
un destino unido por la magia del amor.

Aquellos pasos se repiten en mi alma,
tu rostro detras de aquella sonrisa lozana,
ojos fugaces zurcando el sendero del sol,
y tu camino que se volvió encantado.

Nuestras manos fueron inseparables,
dias y noches eternos soñadores fuimos,
en la dicha y el dolor, bajo sol y tormentas,
el mismo mundo y con la misma sonrisa.

Amo tu presencia y tu ausencia,
amo tu silencio, tu voz, y tu sombra,
amo nuestra vida juntos para siempre,
amo nuestro soñar, y nuestro primer beso.