Llegué de tan lejos amordazando mis inquietudes, siento que la noche se vuelve un calvario y que el día se llena de llamas ardientes, el tiempo en contra reloj, el misterio sigue aún presente, y mi mente no deja de hacer repeticiones continuas, una y otra vez, siguen allí dejándome sin respiración, dejándome aún más el alma intranquila.
Volví de nuevo al rincón donde jamás pensé que me sería difícil, pruebas por afrontar, decisiones que tomar. Y el tiempo sigue un curso perdido, un inicio de un día, y un final casi que con el mismo inicio, sin nada distinto, ¿Esperar? ¿Esperar que? No hay espera cuando el tiempo no nos espera y solo avanza.
Media noche y aún faltan infinidades de obstáculos por rebasar, unos aún más complicados que otros, y otros que parecieran fuera de este mundo, imposibles. Media noche y el insomnio parece acompañarme, se vuelve mi amigo, y formamos un trío intocable. Señora soledad, señor insomnio, gracias por acompañarme.
En los cuentos el encanto se rompe hasta la media noche, no quedaron cuantos reales, solo mitos y algunos argumentos irreales, solo y sin sentidos, y con el sentido mudó y flácido. Con el sentido opuesto, y con las ansias de que los llantos y el dolor se vuelvan pasado.
Henry Ruiz
18 DE FEBRERO 2023
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