Un largo, salvaje y continuo grito o alarido de agonía resonó en los recintos de la noche subterránea.
‘El entierro prematuro’, Edgar Allan Poe
¿Sabías que la esperanza es cataléptica?
Ayer asistí a su entierro prematuro
y oí cómo gritaba y arañaba la tapa del ataúd
con las uñas melladas
y la piel claveteada en la madera.
No la hice mucho caso.
Dejé que se muriera.
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