Hoy no es un domingo cualquiera;
hoy seré famoso.
Con esta firme decisión me puse las sandalias y me fui hasta la ventana a chupar aire y a gritarle al infinito:
¡ Hasta aquí !
¡ Ya no más un poeta mediocre, arrinconado y cabizbajo !
¡ Hoy estará mi fama sentada en el trono literario, duélale a Borges, a Neruda y al resto de afortunados y a la puta madre que los parió !
Así que tracé un plan, y comienzo con una observación realista de la situación actual:
0- Mi fama debe empezar por la comunidad de Poemas del Alma.
1- No hay plata para pagar trolls que me suban los like.
2- No tengo contacto con J. Yanover, cómo para maquinar alguna oportunidad de sobresalir, (soborno mediante)
3- Debo trabajar más mi imagen y arrastrarme más hacia las multitudes, no puede ser que de 164 504 miembros solo tenga un par de amigos y un solo admirador.
Debo comentar más y sonreír más. (Es la regla)
4- Debo maquillar mejor mi perfil, no creo que con lágrimas artificiales se pueda persuadir al ojo seco de la crítica comunitaria.
5- Debo escribir, al menos, cinco poemas a la semana. (4 eróticos y 1 triste), los mismo deben ser subidos entre 6 y 7 am, hora de Ensenada, Baja California.
¡ Manos a la obra !
Y valga lo redundante, debía empezar por lo que tenía más al alcance de mi mano.
Así me dije y tomé la última bocanada de aire, cerré la ventana porque sí había algo de frío y la tos perruna de cuando fumaba, empezó.
(También empezó a mirar para mi cuarto la señora del frente)
Ya casi cerca de las 12 del mediodía, mientras recargaba la batería del celu y preparaba mi desayuno recordé que le había estado gritando al infinito por alguna razón en la mañana.
No lo tenía bien claro pero, si estaba concentrado en una estrofa erótica, buscando una rima consonántica con la palabra chulo, entonces estaba claro que algo tenía que ver mi gritería universal con la literatura y con el sexo.
NOTA: (el chulo era yo)
Un tiempo después estaba cabalgando extasiado en XXX, no recuerdo si era Esperanza el nombre de la actriz, pero terminé la estrofa en el baño, convencido que debía buscar la inspiración por otra parte
Es adictiva la literatura erótica.
No debía tomarlo tan a pecho pero es el precio que hay que pagar por la fama.
Cinco semanales, cuatro eróticas y una triste, me volví a repetir.
¡ Vamos a la obra !
Otra vez entro en XXX a meterle mano a la inspiración, esta estrofa me costó un poco más de tiempo y un cambio de sábanas.
Se suda haciendo poesía.
Pero el plan es el plan, no hay marcha atrás.
Tomaré un baño antes que lleguen la gente de la casa, algo en la refri; me encierro otra vez en mi cuarto y seguiré gritándole al Universo, (que es infinito)
¡ Basta de poeta mediocre, cabizbajo y arrinconado !
¡ Hoy estará mi fama sentada en el trono literario, aunque le duela el culo !
He dicho.