En ciclos y segmentos espirales
sucedes ante mí, y aquí apareces.
Y vienes y te vas, y luego creces
y ya no menguas más, y todo vales.
Cadena y eslabón, hilo y retales.
Y el mar a nuestros pies, y nos los peces.
Y nado y, de la nada, tú floreces
nenúfares de espuma y arenales.
De ti las olas van y vuelve alguna,
y canta melancólica a la luna
y muere antes del sol, y se recrea.
Y giras otra vez y la fortuna
me atrae a ti, y espero un alba vea
que ha sido entre tú y yo cada marea.