No. Suficiente castigo fue ya tu vida
como para pretender ahora dignificarla con
groseras estrategias de perentorio amor.
Efigie pudorosa dinamitada
por los excesivos alardes de una mente
multicolor, fueron tus años de venganza.
No. Que, a los que queda esperanza, no haya
sino patria desbocada, sucinta playa donde
desembarcar en soleadas vacaciones.
Y tu misma voz, sea una roca estañosa,
ruidosa al pie de la espuma, de un océano
silencioso, sellado gota a gota; tumba
de un agua distante-.
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