Cargado de tristezas por este mundo amargo;
escarnio de la vida, del alma mi letargo
mascullo las ideas (enjambres de pavor).
Promesas con alfanjes penetran la cabeza,
aquellas que carcomen el alma por belleza;
figuras invisibles que esconden al amor.
Y yo, tan vagabundo, tal vez ilusionado
le ofrezco mil caminos al dardo enamorado
hallando la derrota del necio corazón:
(unísono silencio persiguen mis amores
en donde apenas tallan estudios superiores
la paria de mis dotes, la fe y la razón).
Inhóspitos recuerdos me vuelven prisionero
de tus risas y encantos, yo soy tu mensajero
¡oh mundo trepidante del hombre soñador!
Mis letras ya navegan con tinta colorida
el llanto de mis ojos, las penas de la vida
(martirio indetenible; puñal rematador).
Samuel Dixon