Hace tiempo que dejé de respirar como otros lo hacen.
Vivo en un mundo diferente,
un murmullo mental.
Es este mi preámbulo a la libertad.
Soy incapaz de ver mi reflejo frente al espejo.
Sin embargo, puedo distinguir cada parte de mí.
En cada línea del boceto,
me reconozco.
Me encuentro.
Me encuentro en la búsqueda eterna a través de tus ojos,
en la armonía de un día soleado,
en el eco del corazón adolorido,
en el caos del eufórico enamorado.
Me encuentro en un mundo de eventualidades y bellezas;
en la incertidumbre y también en las certezas.
Pertenezco a la calma de las líneas y el papel,
a las memorias que entre líneas plasmé.
Pertenezco al silencio, a la soledad,
al cielo nocturno que me invita a danzar.
Pertenezco a las melodías, a un dulce cantar;
a la compañía y calidez de amar.
Anhelo y sed.
Lápiz y papel.
Lienzo y pincel.
Frio anochecer.
Destruir y crear.
Perder para ganar.
Verdad o realidad.
Preludio musical.
Vivo en ambivalencia,
melodía universal.
Escuchando el dolor y
olvidando la razón.
Bailando con las letras
abrazo mi sentir.
Colecciono memorias.
No escapo más de mí.