¡Que bohemia me estoy corriendo!
y que triste me la estoy pasando,
recordando a mis amigos de aquellos años,
unos que ya se fueron y otros que se alejaron.
Momentos gloriosos de desengaños,
oyendo poesía que hablaba de amor,
sufriendo a la musa que nos rechazó
o simplemente al amigo que se desahogó.
Que triste que todo esto ya pasó,
que al final de mi vida, mi musa murió,
no más derramar de mis sueños,
no más esperar por lo que no llegó.
Y frente a este ordenador maldito
que la sociedad maleva me ha regalado,
me hundo en las ideas de estas teclas
y no encuentro el sabor de mi pasado.
Pero quiero dejar muy claro,
en este mundo que se ha desquiciado,
que el amor y la bohemia es un legado,
aunque los avances lo hayan negado.
Andrés Romo
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