El pez mueble de la pecera
estrena clarividencia,
con la gatuna obsolescencia
del deseo
y tu sabor a cristal
puedo ver
todas las edades
que posees
y te poseen
alrededor de la eternidad.
maniatados
con arañazos invernales
al cuerpo enmascarado,
el exilio oculto
entre los rostros futuros
del reencuentro,
todavía atisbo encarcelado
mirada unívoca
padeciendo su mal de altura
en los pasadizos
de una juventud
apenas miniatura miniada.