Diez Años
Diez años amándote,
han volado como el fuego,
y si el fuego pronto vuela,
he quemado diez benditos vendavales.
Todavía te amo,
entre diluvios de húmedos gemidos,
entre tardes fundidas en letargos,
bajo arboles sonriéndole a la brisa.
Tu pelo se enreda,
entre rajas frescas de canela,
y te devanas en los cañaverales,
poseída de lujuria veraniega.
El aroma del campo nos viola,
y remolinos de colores,
se enardecen entre las flores,
despertando dos amapolas.
Siempre te he amado, siempre.
Entre el trino de los pájaros,
entre mis cantos silvestres,
entre mis ocasos tristes,
y entre mis tristes fracasos.
Mas siempre tornas el viento,
en aliento sublime del Parnaso.
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