Tus besos vuelan
como gaviotas etéreas
en el vapor de mis labios.
Mis sentidos son duendes dulces
colgando de tus fértiles ramas.
La lluvia los derrama
sobre tu pecho febril.
El aire gélido de la noche
viene a buscar el calor de tu aliento.
Yo lloro lágrimas verdes del rosal.
Y tus besos siguen germinando
surcos de maíz para la tierra,
y suspiros de esperanza para el cielo.
Tus ojos cantan antiguas canciones
de triunfos pasados.
Mis manos temblorosas
te imploran perdón por los dedos fallidos
Por las horas gastadas
y desgastadas del infortunio.
El tiempo arrastra las horas letárgicas
y las suspende en un puente
entre los gemidos de la tarde
y las risas del amanecer.
Y tu fulgor cae sobre mí
Como mil poemas hechos polvo
de luz de estrella,
y vuelvo a llorar.
Mi llanto es tuyo,
como la alegría de un canario,
liberado.
Libérame de los grillos de la soledad.
Cántame tu canto de pasión,
esa canción que alimenta el alma seca
y débil de un hombre infeliz.
Pobre infeliz que vive feliz prisionero.
Sácame de esta prisión
y llévame a la tuya.
Quiero sufrir a tu lado las angustias,
quiero que trillen mi alma
las coronas de espinas que ciñen tu frente.
Quiero el latigazo del rosal
Partir mi espalda.
Quiero que tu dolor
abandone tu alma,
y quiero llevarlo orgulloso
en mis sienes.
Quiero disiparme en la niebla
que brota de tus alas.
Que mi ser produzca manantiales
de agua fresca como tu inteligencia,
y se riegue por los valles
de nuestra esencia.
Quiero preservar tu imagen
en el centro de mi mente,
con el sello eterno…
del amor eterno.
Tommy Duque
Mar 3 2022
Riverview, Michigan.
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