Oda a la niñez
“Tan poco aprendemos de ellos, y tanto que aprenden de nosotros”
Hoy viaje en un cumulo de nubes de algodón
por suave viento, olor a pastel
por un lugar donde queda corta una ilustración
donde nacen los sueños de ellos y no de aquel
Hoy viaje donde no encuentras ni sur ni norte
existen castillos vivos, montañas de colores, ríos de sabor y árboles cabezones
también existen animales parlantes y monstruos inimaginables
hasta conocí un petiazul muy elocuente
Solo un momento cuando de mi nube intente asomar
halle un elíseo de niños y niñas alegres
La felicidad verdadera rebosante en sus corazones
Me descubrieron y mi viaje sin respuesta tuvo que terminar
Para algunos les resultara absurdo, quedarse en su absurdo
¡dejar a la niñez fluir, si no puedes comprender dejar conocer!
¡dejar merecer conocer, si no puedes conocer dejar crecer!
¡dejar merecer crecer, dejar sonreír a la niñez y no silencies lo más burdo!
El niño y la niña siempre deben sonreír
en sus ojos el reflejo, y en su voz su dimensión
despreocupados no piensan en el porvenir
ellos son la parte más pura, nuestro existir e inspiración
Óscar Alberto el Lobo